jueves, 31 de marzo de 2011

La dificultad en los videojuegos: ¿necesaria, optativa o prescindible?

La vida está llena de retos, algunos más fáciles de sortear y otros no tanto. Pero lo que resulta difícil de negar es la satisfacción que supone superarlos, siendo ésta proporcional a la dificultad que entrañaba la situación. Algo parecido sucede en el mundo de los videojuegos, ideados para entretenernos mientras superamos retos que hacen que probemos nuestras facultades como videojugador.

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¿Estará jugando a su propio título? 

Al menos ésa es la teoría. En la presente generación, que si por algo será recordada en la historia será por lo prolífica que es en cuestiones discutibles, ha surgido otro gran debate relacionado con la naturaleza de los videojuegos como verdadero reto.

El planteamiento del que se parte es la comparación entre la dificultad actual y la de tiempos pasados. Y parece que salen perdiendo por goleada las plataformas de juego del momento.

La pregunta que se nos plantea es ésta: ¿es necesaria una dificultad considerablemente alta en los videojuegos que ponga a prueba nuestras dotes jugonas o el videojuego debe entenderse como un mero entretenimiento que nos haga pasar un buen rato sin complicaciones que puedan frustrarnos? A continuación, mis reflexiones y algunas respuestas que, como siempre, no son dogmas, estando abiertas a la discusión.


 Ryu Hayabusa, protagonista de Ninja Gaiden

El juego detonante de esta reflexión ha sido Ninja Gaiden Sigma para PlayStation 3. Llevaba mucho tiempo detrás del mismo, no escuchaba más que maravillas de su versión de la primera Xbox (de la cual Sigma es un “remake” con gráficos mejorados y algún contenido jugable extra como la controlable cazademonios Rachel).

Uno de los principales halagos que escuchaba y leía era su elevada dificultad, a lo “vieja escuela”. Creía que sería una exageración, pero no es así. La aventura de Ryu es un desafío constante que nos hará suda tinta: enemigos que no nos dan respiro, checkpoints que brillan por su ausencia y que nos harán temer verdaderamente a la pantalla de fin de juego (las estatuas para guardar se encuentran bastante dispersas), jefes finales de los que es necesario encontrar su patrón de comportamiento para golpear en los momentos justos), escasez de pociones y la necesidad de tener muchos reflejos para bloquear los golpes enemigos.

Y paciencia, mucha paciencia. Más de una vez nos tocará volver a jugar un buen pedazo del nivel tras morir en el enfrentamiento contra un enorme rival, enfrentamiento que en muchas ocasiones tendremos que afrontar con pocos recursos curativos. Pero la sensación al superarlos es genial. Levantar los brazos (gracias mandos por ser inalámbricos) será lo mínimo que haremos; nos sentiremos auténticos jugadores de esos que llaman hardcore.



Sonic The Hedgehog: todo un clásico

El gusto por la dificultad elevada en los videojuegos se remonta al génesis del mundillo, con aquellos juegos que exigían dedicación en cada fase, memorizar pautas de enemigos, recorridos, había que pasarse los juegos “del tirón”, las vidas escaseaban, cada salto era una operación de precisión…

A día de hoy las cosas han cambiado mucho. Especialmente con la presente generación los checkpoints o puntos de guardado automático tienen un papel protagonista. Cada pocos pasos la máquina se asegura de guardar los progresos del jugador para que, si el mismo fracasa en su misión, apenas tenga que volver sobre sus pasos.

Eso suponiendo que fracase en su misión. Cada vez es más frecuente ponerle las cosas fáciles al jugador: enemigos con Inteligencias Artificiales que son especialmente artificiales (por lo básicas, se entiende) y salen al encuentro del jugador como pollos sin cabeza, puzles que no suponen grandes desafíos más allá de activar la palanca de turno, modos de dificultad “fácil”, carteles con ayudas que aparecen si pasa un tiempo sin que haya avances significativos (se acabaron esas horas muertas dándole vueltas a una habitación a la que no sabías cómo meterle mano), saltos automáticos al acercarse a un saliente…

Tú salta tranquilo, Monkey...

Así, los juegos que verdaderamente marcan un hito de dificultad como Ninja Gaiden o Demon’s Souls brillan con luz propia. Pero esto, el gusto por la dificultad, no significa que sea incompatible con la existencia de juegos más facilones. Porque también hay días que sólo apetece coger el mando y pasar un rato sin complicaciones más allá de avanzar, avanzar y avanzar, sin sentirse frustrados en ningún momento.

Otra posibilidad para satisfacer a todo tipo de jugadores sería implementar la selección de dificultad. Pero una verdadera selección de dificultad, de modo que sea palpable la diferencia entre jugar en Normal y Difícil sin que este salto suponga caer en el absurdo de hacer la experiencia jugable imposible o prácticamente igual. Complicado de conseguir, pero creo que muy deseable.

Así se ofrecería un amplio abanico de experiencias de mayor o menor dificultad al jugador que se enfrente a un mismo título, alcanzando (a pesar de la corriente actual que considera que un juego difícil necesariamente vende menos) a un mayor espectro de destinatarios y, por tanto, de compradores, que parece ser lo único que importa a día de hoy.



Ghost'n Goblins, con una dificultad endiablada, pondrá en apuros a Sir Arthur

Mi postura se acerca más a esta última posibilidad: la de incluir un reto a la altura junto a dificultades más reducidas para que los neófitos puedan iniciarse en el género en cuestión. Ésa por ser más plausible, pero lo ideal sería que existiera un justo equilibrio entre los títulos que directamente ofrecen un reto más que considerable para el jugador y los que ofrecen una diversión directa y sin complicaciones. Aunque claro, está el obstáculo antes mencionado de lo arriesgado de su lanzamiento.

Con lo que nunca estaré de acuerdo es con la posibilidad de condenar al ostracismo a esa dificultad endiablada que nos hará sentir ganas de estrellar el mando (dentro de los límites de la cordura humana, no es cuestión de amargar al personal porque sí) y paladear el regusto de los clásicos en cuanto a complicación aprovechando las oportunidades que brindan las nuevas consolas. Lo cual está demostrado que puede dar muy buenos resultados.

Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Sois partidarios de enfrentaros siempre a un reto que requiere precisión de cirujano o preferís que los videojuegos sean entretenimientos “light” que diviertan por su accesibilidad y facilidad?

El jugador caído, pero que volverá a levantarse

3 comentarios:

Mauro64 dijo...

Me encanta que los juegos sean un reto... ¡¡¡pero que sean un reto que se pueda pasar!!!
Últimamente me ha dado por jugar y rejugar juegos retro tipo: Megaman, Castlevania, SMB: The Lost Levels, (del ultimo aun sigo sin pasarme la 8-4 XD) juegos que me encantan y son bastante chungos pero aunque mueras y mueras te picas y sigues intentandolo porque la satisfacción al completarlos es TOTAL XD
También hay juegos como Super Meat Boy, "I wanna be the guy" que desquician totalmente...
Pienso que esta bien que los juegos supongan un reto pero una dificultad desmedida hace que el juego sea un desproposito.

PD: hablando de steam http://steamcommunity.com/id/Mauro64 quien quiera hecharse un alien swarm/left 4 dead etc aqui estoy XD

Joel dijo...

A mi,particularmente,me gustan los juegos difíciles,en especial si la curva de dificultad es suave y no tienes que enfrentarte a retos imposibles nada mas comenzar.

Por ejemplo,en Trials HD,comienzas en fases que,en un principio,te hacen sudar tinta china y vas afrontando cada vez fases mas difíciles.Si en cualquier momento vuelves a jugar a alguna de esas primeras fases,te das cuenta de el increíble progreso que has hecho y compruebas que eso que te hacía sudar ahora es fácil de resolver.

Esa es la dificultad que me gusta,la que poco a poco va progresando hasta convertirse en endiablada,pero resoluble.

Sin embargo,odio la dificultad absurda o la que se basa en trucos o trampas del juego que te hacen jugar en clara desventaja.

Saludetes!!

Hakka dijo...

Para mí la dificultad es algo más que necesario. Y a parte de dotar de más chicha al juego, le da duración, que también se agradece. Se terminan disfrutando mucho más los juegos que te han costado más.

Te pongo el ejemplo de nuestra querida y adorada saga MGS. El último es un juegazo lo cojas por donde lo cojas, pero en el fondo no lo disfrute tanto como los otros porque me pareció demasiado fácil. Te daban todas las facilidades del mundo para acabar con los tios: camuflaje optico, muchas armas, podias comprar munición... Al final me quedó la sensacion de solo haber ido avanzando... No es como en el 2 o el 3 que como te descubrieran era más dificil acabar con ellos, porque salian muchos y era chungo desacerse de los tropeles de ellos

Es verdad que ahora muchos juegon un simple paseo, una mera interaccion en una historia que casi avanza sola, tu labor consiste en dirigir al peronaje. Eso como peli interactiva puede estar bien, pero como juego... le falta algo.



Vamos, que yo no soy defensor de los juegos que tienen una dificultad extrema, pero sí quiero que supongan un minimo de reto...

Buen artículo. Se merece una oreja!