jueves, 9 de mayo de 2013

Videojuegos en viñetas


Jugando cómics, leyendo videojuegos

Cómics y videojuegos están fabricados con materias primas cuadradas: viñetas y píxeles, respectivamente. Si el cómic fue en su día la forma más atractiva para los jóvenes de engancharse a grandes historias, los videojuegos sin duda han recogido el testigo desde hace ya unos cuantos años. Las grandes editoras, conscientes de esto, han aprovechado el tirón de las consolas para que sus protagonistas salven el día también en los videojuegos. Porque si puede haber algo más emocionante que disfrutar en papel de las aventuras del héroe, eso es, sin duda, poder ser nosotros mismos el héroe. Los videojuegos, por su parte, que no han dejado de beber de las formas de narrativa de todo tipo de artes y experimentar con ellas, también se han fijado en el cómic. Al fin y al cabo, el objetivo de cómics y videojuegos no es más que conseguir que nos adentremos en un mundo, contarnos una historia.


¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No sé, está tan pixelado...

Todos los personajes de cómic más famosos tienen su propio videojuego. Esto incluye, como primera referencia inevitable, el elenco al completo de Marvel y DC; desde Spider-Man, Superman y Batman a Los 4 Fantásicos, Hulk, Linterna Verde, Flash (aahhh), X-Men, Iron Man y casi cualquiera que seamos capaces de recordar, con sus correspondientes némesis. En 1978 pudimos ver a Superman más cuadrado que nunca, que ya es decir, en la Atari 2600, una de las primeras consolas de la historia. Spider-Man también tuvo su correspondiente videojuego para la Atari en 1982, con la mecánica de juego simple y repetitiva propia de las limitaciones técnicas de la época: escalar un edificio esquivando las trampas del Duende Verde. Bruce Wayne, siempre a la vanguardia de la tecnología, tampoco pudo escapar de Batman (Ocean Software, 1986) una memorable aventura de exploración en perspectiva isométrica que se lanzó en microordenadores domésticos como Amstrad y ZX Spectrum. 

Tu pixelado amigo y vecino Spider-Man

Pero sin duda, la era de las consolas de 16 bits, a principios de los 90, con las consolas Super Nintendo y Mega Drive como principales exponentes, se llevó la palma. Las capacidades de éstas consolas para representar coloridos gráficos en dos dimensiones hicieron que, buen trabajo artístico mediante, los videojuegos tuvieran un aspecto muy similar al de los cómics en los que se basaban. A destacar títulos para Super Nintendo y Mega Drive como The Adventures of Batman & Robin (Konami, 1994) o The Death & Return of Superman (Blizzard, 1994). Éste último, por cierto, es especialmente remarcable por sus implicaciones: fue la primera historia “oficial” que se desarrolló simultáneamente tanto en formato cómic como en videojuego, ya que la legendaria saga de la muerte de Superman a manos de Doomsday se pudo leer y jugar prácticamente al mismo tiempo.

No me bat-ciles...
De la era de los 16 bits tampoco podemos olvidarnos de los geniales juegos protagonizados por las Tortugas Ninja, como Teenage Mutant Ninja Turtles: Turtles in Time (Konami, 1992). Y es que aunque Leonardo, Raphael, Donatello y Michelangelo aparecieron por primera vez en viñetas, vivieron otro renacimiento gracias a las películas, la serie de animación y videojuegos tan adictivos como el citado. 

Te voy a dar una tunda ¡de puta madre!

Todos los juegos anteriores tienen en común un estilo de juego: el del clásico “yo contra el barrio”, el beatʼem up en jerga jugona: salvar el día avanzando de izquierda a derecha por los escenarios mientras golpeamos a todo insensato que se nos acerque. Sin duda, los grandes héroes traen consigo desde los cómics un montón de elementos que hacen muy fácil crear un buen juego: un protagonista con gancho y unos cuantos poderes que sirvan para crear una mecánica jugable variada y divertida, muchos enemigos para machacar y un villano carismático para retarnos al final. 

Una gran licencia conlleva una gran responsabilidad, y los grandes cómics no siempre se han convertido en grandes videojuegos: Superman para Nintendo 64 (Titus Software, 1999) es considerado como uno de los peores videojuegos de la historia. Un cartucho de auténtica kryptonita que provocó todo tipo de burlas y parodias en la red. Los últimos juegos de Spider-Man han pasado también bastante desapercibidos y son considerados por crítica y jugadores títulos mediocres lanzados para aprovechar el tirón de las nuevas películas. Caso distinto el de Batman, que ha regresado tanto al cine como a los videojuegos planeando por todo lo alto. Los sobresalientes Batman Arkham Asylum y su secuela Arkham City (Rocksteady, 2009, 2011) para PlayStation 3, Xbox 360 y PC han cosechado algunas de las críticas más sobresalientes de los últimos años. 

Mierda, olvidé ponerle pezones a esta armadura...
No sólo podemos hablar de los superhéroes americanos, claro, también los éxitos del cómic europeo se han dejado jugar. Tintín, por ejemplo, protagonizó varios títulos que adaptaban fielmente algunas de sus mejores aventuras. Tintín en el Tíbet (Infogrames, 1995), aparecido en múltiples plataformas, lucía un conseguidísimo estilo gráfico que nos hacía pensar que el cómic había cobrado vida en el televisor. Incluso los personajes iban hablando a través de bocadillos. La misma desarrolladora también se encargó de adaptar las historias de Astérix al videojuego con varios títulos que sólo salieron en Europa y nos permitían darle estopa a los romanos, también en compañía de un amigo controlando a Obélix.

 
Mortadelo y Filemón siempre haciendo el indio, hasta en los videojuegos

Y como no podía ser de otra forma, Mortadelo y Filemón son los principales representantes de los tebeos españoles en el mundo del videojuego. Los desastrosos agentes de la TIA, el Súper, Ofelia, Bacterio y demás protagonizaron una serie de aventuras gráficas basadas en algunas de sus más conocidas historias, como El Sulfato Atómico, y otras creadas para la ocasión como Balones y Patadones. Hasta el nombre de la desarrolladora es mortadelero a más no poder: Alcachofa Soft

Pasaron los años y los avances técnicos y los videojuegos basados en cómics vivieron una segunda juventud gracias a la técnica de renderizado conocida como cel-shading, que hace que los gráficos generados por ordenador parezcan dibujados a mano. Esto permitió que el aspecto cómic llegase también a los videojuegos en tres dimensiones. Es el caso de XIII (UbiSoft, 2003), un original juego de disparos en primera persona que se basaba en el cómic homónimo de los belgas Jean Van Hamme y William Vance. El juego tenía aspecto de cómic, pero no se quedaba simplemente en lo visual: utilizaba viñetas que se iban superponiendo a la pantalla para mostrar planos en detalle de ciertos elementos o lo que estaba ocurriendo al mismo tiempo en otro lugar. No faltaban ni las onomatopeyas de nuestros disparos y puñetazos sobreimpresas en la pantalla. Pese a su calidad, el juego no fue un éxito de ventas, pero sin duda es uno de los más remarcables ejemplos de videojuego que se basa en un cómic pero también aprovecha sus características propias para potenciar la jugabilidad. 


Otro título que se sirvió de este estilo gráfico para acercarse al cómic es Ultimate Spider-Man (Treyarch, 2005), que nos permitía jugar con Spider-Man y Venom y sirvió para acercar al público la saga de cómics que renovaba y actualizaba el universo del trepamuros, Ultimate. Y por archiconocidos casi no hace falta nombrar los innumerables videojuegos basados en mangas japoneses como Dragon Ball o Naruto.

Pasando de página y dejando atrás los videojuegos basados en una licencia de cómic, el ocio electrónico también ha experimentado con las técnicas del cómic. El ejemplo más claro es el de Comix Zone (SEGA, 1995), que cuenta la historia de un dibujante de cómics que se ve atrapado en su última creación, que ha cobrado vida. El juego explota al máximo el hecho de transcurrir dentro de una historieta: nos movemos de viñeta en viñeta, los enemigos se van dibujando delante de nosotros conforme avanzamos y podemos lanzarlos y golpearlos contra los marcos de cada viñeta, que marca los límites físicos de cada lugar: lo que no se ve en la viñeta no existe. Incluso podemos elegir el camino a seguir, decidiendo si nos descolgamos a la viñeta inferior o seguimos el orden habitual de izquierda a derecha. Tampoco faltan los diálogos con otros personajes mediante bocadillos, o los “BOOM” y “POW” sobre la pantalla cuando golpeamos a alguno de los malos. 


También hay que destacar el caso de la saga Max Payne. Como reza el subtítulo de su segunda parte, Max Payne 2: The fall of Max Payne (Remedy, 2003), la de Payne es “una historia de amor de cine negro”. Y no sólo se basa en las películas y novelas negras, también en las novelas gráficas. Las desventuras del ex policía que deambula por los más bajos fondos de Nueva York creyendo que cada analgésico tomado y cada bala disparada aliviarán su dolor por el asesinato de su mujer e hijos son narradas entre misión y misión en forma de cómic audiovisual. Elaboradas viñetas con bocadillos, voces y efectos de sonido que le dan al juego un original toque de novela gráfica.

Incluso personajes nacidos en cómics han compartido pantalla recientemente con algunos de las más míticas figuras de los videojuegos: es el caso de crossovers como Marvel vs. Capcom 3: Fate of two worlds (Capcom, 2011), el último de una saga de juegos de lucha que nos permite enfrentar a Spider-Man y Lobezno contra personajes de Street Fighter como Ryu y Ken, por ejemplo. Los héroes de DC también han compartido arena de combate con los sanguinarios personajes de Mortal Kombat en Mortal Kombat vs. DC Universe (Midway, 2008) 



También se ha dado el caso inverso: personajes de videojuego que dan el salto al papel de los cómics. Sagas como Metal Gear Solid, Assassinʼs Creed, God of War y en un estilo más manga, Zelda, han contado sus historias de otra manera o expandido su mundo con nuevas aventuras entre viñetas. 

Con títulos recientes como Injustice: Gods Among Us, que reúne y hace combatir entre ellos a los héroes de la mítica Detective Comics, o los anuncios de Deadpool y Batman Arkham Origins, está claro que los videojuegos se han convertido en el nuevo soporte favorito de los personajes de cómic para seguir realizando hazañas. Hay quienes creen que el formato digital e interactivo es el destino inevitable del cómic tradicional, pero como hemos visto, sus iconos ya han demostrado desde hace tiempo que pueden seguir entre nuestras manos... de una forma distinta.

3 comentarios:

Jose Angel dijo...

De verdad que me encantan este tipo de artículos. Se nota curro y documentación. Entre estos y los Machacándonos el tímpano me tenéis ganado. Enhorabuena chicos

Unknown dijo...

Muchas gracias por leerlo y por comentar ;) Me alegro de que te haya gustado. Intentamos hacer lo que nos gustaría leer/escuchar a nosotros.

Precisamente yo estoy particularmente orgulloso de los Machacándonos el tímpano. Es muy típico poner canciones en los podcasts, pero no hablar sobre quién es el responsable de un aspecto tan importante en los videojuegos.

¡Oreja!

Servicios de Internet 1 dijo...

buenas que se llama el juego de la primer imagen por favor