martes, 15 de noviembre de 2011

Especial The Legend of Zelda 25 Aniversario: Phantom Hourglass


Independientemente de cuál sea nuestra consola favorita, es difícil imaginar una de Nintendo sin el Zelda de rigor. Y además siempre lo relacionamos con calidad. Nintendo DS no iba a ser menos y en 2007 se lanzó este Zelda Phantom Hourglass que nos ocupa, recuperando a Toon Link para la ocasión y que recordaremos surcando las olas que podéis leer a continuación.

Este personaje le viene que ni pintado, ya que aspecto y diseño será muy desenfadado y colorido, en consonancia con el concepto que tenemos de los juegos de DS.

Una vez que sabemos ante qué Link nos encontraremos toca saber la aventura que nos tocará vivir, que tiene detallitos interesantes que veremos luego, junto con un final que me sorprendió bastante y que, tranquilos, no spoilearé.

Así, la historia comienza contándonos lo ocurrido en The Wind Waker. No creo que sea demasiado spoiler contar cómo acaba, pero por si acaso vayamos al meollo de lo que ocurre en Phantom Hourglass.

Link forma parte de una tripulación de piratas liderada por Tetra, una pirata curtida de piel morena por el sol (cosa que no le pasa al pobre Link, que sigue tan pálido como siempre).


Pues bien, este grupito pretende encontrar al misterioso Barco Fantasma. Cuando lo tienen justo delante, la atrevida Tetra no duda en lanzarse para hacerse con sus riquezas. Sin embargo, esta incursión acabará en un grito que hará que Link se apresure a ayudar a su jefa. Sin embargo, no logrará subir y caerá al mar mientras que en una visión contempla a Tetra pidiéndole ayuda.

Nuestro héroe despertará en una playa y se encontrará con un hada llamada Ciela en una isla llamada Mercay. Allí conoceremos al abuelete del pueblo (como lo llama Ciela), y no será la última vez que le visitemos. Entonces comenzará nuestra aventura para encontrar al misterioso Barco Fantasma que hace desaparecer a la gente y reencontrarnos con Tetra.

En esta aventura Link no estará solo, ya que además del hada Ciela que siempre revolotea a nuestro alrededor tendremos como compañero de aventuras a un gran personaje: el marino Linebeck, un personaje caradura a más no poder, egoísta, materialista y cobarde, que nos dejará grandes momentos de humor para descargar el ambiente de tanta misión épica.


Un papel fundamental tanto en la historia como en el aspecto jugable tendrá el Reloj Espectral. La arena de su interior nos servirá como tiempo para las fases del Templo del Rey del Mar, la gran mazmorra del juego y que, sinceramente, es la que menos me ha gustado. Básicamente en los distintos niveles (a los que iremos accediendo según avance la historia y consigamos nuevas herramientas) tendremos que llegar a nuestro destino antes de que se agote el tiempo mientras que evitamos a los Espectros que lo custodian y que no dudarán en darnos un espadazo en la crisma que nos reste tiempo (a menos que nos escondamos en las zonas seguras, donde el tiempo no pasará y no podrán vernos).

He comentado que éstas son las zonas que menos me gustaron no por deméritos propios (aunque algunas veces cansa pasar más de una vez por el mismo sitio para acceder a nuevos niveles) sino porque las mazmorras del resto del mundo están a un nivel superior, y sin la dependencia del tiempo.

Para acceder a estas mazmorras tendremos que viajar con nuestro barquito (que también podremos personalizar con piezas distintas para darle mayor resistencia, por ejemplo) a lo largo de cartas náuticas que iremos desbloqueando. Para explorarlas tendremos que dibujar la ruta que queremos que siga el barco y aceptarlo. De este modo entrará en una especie de piloto automático, pasando la carta a la pantalla superior y dejándonos capacidad para disparar balas de cañón contra los enemigos que nos asalten o saltar los obstáculos que nos salgan al paso.

Pero no sólo podremos navegar de una a otra de las islas que la historia nos obligue a visitar, sino que el factor exploración está muy presente. Así, tendremos la posibilidad de descubrir nuevas islas, tesoros hundidos o visitar barcos-tienda.

Sin embargo, el núcleo duro de este Zelda está en el buen uso que se le da a las funcionalidades propias de la consola. Para empezar no moveremos a Link con la cruceta ni golpearemos con los botones (que se ven reducidos a la mínima expresión, con uso sólo para abrir el inventario), sino que todo lo haremos a través del stylus. Allá donde pulsemos se dirigirá nuestro cabezoncillo de mallas verdes. Para dar tajos podremos o pulsar sobre un enemigo o hacer “cortes” sobre la pantalla. De hecho, el ataque circular se llevará a cabo trazando una circunferencia en torno a Link.

Y no quedará ahí este aprovechamiento, sino que también necesitaremos el micrófono o la pantalla inferior para dejar indicaciones y pistas variadas que nos ayuden a resolver los puzles que se nos plantearán. Estos puzles, si bien no son auténticos quebraderos de cabeza (en realidad el juego en su conjunto es bastante sencillo), nos harán dar algún paseo y al menos parar un momento a pensar qué hacer a continuación.


Otro pilar en el que se apoyará el juego será el enfrentamiento con los jefazos de las mazmorras, que nos dejarán grandes momentos gracias a planos de cámara que se salen de la habitual vista cenital y nos obligarán a utilizar las nuevas armas y equipo que consigamos en la mazmorra en cuestión, que irán desde la típica bomba a algunas tan interesantes como el boomerang y otras que no es cuestión de contar porque son agradables descubrirlas, pues también nos obligarán a usar la pantalla táctil.

Todos los jefes merecen la pena y, por raro que parezca, el enfrentamiento final fue el que menos me gustó, no sé qué os pareció a vosotros.

Además, hay que tener en cuenta un apartado visual colorista, en el que la potencia gráfica no se echa de menos (cosa que tampoco podía ofrecer la consola, pero que sabía suplir con ello), y una banda sonora que agrada escuchar, que redondean la primera incursión de la legendaria saga de Nintendo en DS con resultados más que satisfactorios para una experiencia portátil.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Me alegro de que te haya gustado tu primera incursión en Hyrule. A mí Phantom Hourglass me parece un juego delicioso en muchos aspectos, pero que tiene otros que lo hacen no estar a la altura de los grandes de la saga:

Sin ir más lejos, la idea de una mazmorra central a la que hay que volver una y otra vez es novedosa dentro de la saga, pero no la han llevado bien, y al final nos obliga a recorrernos una y otra vez las misma salas resolviendo también una y otra vez los mismos puzles que ya nos sabemos de memoria. Aburre, y me parece un defecto de planteamiento del juego bastante grave. Menos mal que las mazmorras "normales" están a la altura y tienen puzles muy majos.

Por otro lado, la estética, los personajes, la música... tienen muchísimo encanto. No en vano es la continuación de The Wind Waker, el Zelda encantador por excelencia (y es mucho decir). Linebeck es probablemente junto con Lalo y Midna, de Twilight Princess, el mejor secundario de la saga.

Por no hablar de esos "momentos made in DS" en los que hay que interactuar directamente con la consola y que te dejan con los ojos tan abiertos como los del propio Toon Link. Y a mí el tema de poder ver siempre el mapa en la pantalla de abajo, anotar cosas y manejar a Link (a Ciela, al fin y al cabo) con el lápiz, me parece un puntazo.

Si te ha gustado, Zelda se merece por su cumple que te autorregales Spirit Tracks. Para mi gusto es mucho mejor.

¡Oreja!

Hakka dijo...

La verdad es que tengo ganas de probar, o al menos ver, un Zelda cartoon de estos, a poder ser Wind Waker que lucirá más jeje.

Cuando describías los combates con el stylus pensaba "Buuuu, a mí me gusta más con botones, como toda la vida", pero luego he caido en que, a fin de cuentas, es lo mismo que se hace en Diablo II, y ese me encanta, así que me he callado a mí mismo xD.

Creo que lo que menos me llama del juego es el tema del barco y tal, soy más de patear por tierra jeje, pero si está entretenido bienvenido sea.

¡Gran análisis!

Sergio Tur dijo...

Lo cierto es que iba a dar mi opinión sobre el juego, pero creo que Zaska ha explicado perfectamente de lo que en mi opinión adolece este juego.

Porque es innegable que si tengo una mediocre experiencia de este juego es sin duda por esa mazmorra central tan soporífera y aburrida.

Lo cierto es que todavía me sorprende que haya personas que no hayan jugado a un juego de Zelda aún, y creo que este título realiza una doble función. Doble porque no sólo aporta una continuación de The Wind Waker (que a la portátil le viene como anillo al dedo), sino también por introducir a mucha gente a esta saga.

Personalmente debo decir que no he probado su continuación, Spirit Tracks, pero sí que dicen que mejora sustancialmente a su primera parte. Creo que es el único juego de la saga que me queda por jugar (junto con Majora´s Mask, para éste prefiero esperar a un posible remake y no spoilearme).

Easmo dijo...

Iba a decir lo de Sergio Tur y Zaska, pero se me han adelantado. Si es su primer Zelda es lógico que le guste, ya que no notará carencias como la simplificación tan brutal del inventario (como recoger corazones enteros en vez de piezas), de los enemigos (el 80% de enemigos en el juego son chuchus), el coñazo de la mazmorra central, etc.

Buen juego, pero como Zelda, es flojete.

Anónimo dijo...

Viva el Zelda de CDI, eso si es un Zelda y no ese tal Ocarina of Time¡¡¡¡¡¡