viernes, 11 de febrero de 2011

El atractivo de los villanos


La existencia del Mal como contraposición a todo lo que se considera bueno en nuestro mundo es evidente. Siempre ha existido una confrontación entre Bien y Mal, fuerzas que parece ser deben mantenerse en constante equilibrio. Ello ha propiciado el nacimiento de multitud de historias en muchos ámbitos y, como no podía ser de otro modo, también en el videojuego.

Normalmente, el héroe suele ser el protagonista de las aventuras pixeladas, y nuestra misión consistirá en combatir al villano de turno, y ya de paso salvar el mundo y/o rescatar a la princesa raptada. Pero sucede que, en ocasiones, el carisma del héroe, el cual debería ser el epicentro de la historia, se ve absorbido por la personalidad del villano: un personaje con un profundísimo trasfondo y unas motivaciones que pueden llegar a hacer que el usuario empatice con él y lo convierta en un icono que se recuerde más que el propio adalid del bien.




En otras ocasiones, los propios desarrolladores, conscientes del atractivo que puede suscitar en el jugador desempeñar el papel de villano, le otorga una jugosa posibilidad: en lugar de ser un bondadoso héroe, llevar a cabo acciones que demuestren su yo más oscuro y malévolo. E, incluso, encontramos casos en los que el eje central del juego consiste en perpetrar maldades, enfrentándonos a héroes de inmaculado aspecto y maquinar los planes más perversos.

A lo largo de estas líneas, entraremos en el fascinante mundo de los villanos y antihéroes, profundizando en la personalidad y trasfondo que hacen tan atractivos a 6 de los grandes referentes. También recordaremos algunos títulos que nos permitían calzar las botas de un auténtico malvado.


Sephiroth (FF VII)



Uno de los villanos más trascendentes, si no el que más, de la saga Final Fantasy. Deseoso de destruir nuestro planeta para cumplir así la labor que JENOVA iniciara mucho tiempo atrás, no se detendrá ante nada, y tampoco ante el protagonista heroico de Final Fantasy VII: Cloud. Los enfrentamientos y conversaciones entre uno y otro quedaron en la memoria de los seguidores de la saga.

La maldad evidente que supone la intención de destruir el mundo se ve aderezada con preocupaciones trascendentales que le atormentan sobre su propio yo. Todo ésto le dota de un carisma y una profundidad que convierten a Sephiroth en un personaje único que arrastra cada día a más seguidores.

Recordado será por todos los que hemos disfrutado del clásico de Square Enix el combate final contra el ángel unialado (cuya dificultad era siempre la misma, pues se ajustaba al nivel con el que se llegase), con la interminable SuperNova que nos hacía temblar y contar los puntos de vida que nos quedaban, así como por la composición musical más recordada, con permiso de los chocobos: One-Winged Angel.



Y su trascendencia se demuestra además de en la gran cantidad de productos relacionados, en las múltiples apariciones que ha tenido Sephiroth más allá del Final Fantasy VII original: así, es uno de los enemigos más duros de la saga Kingdom Hearts, vuelve a luchar con Cloud y otros personajes de Final Fantasy en Dissidia y es un personaje nuclear en la historia de Final Fantasy Crisis Core.

Revolver Ocelot (MGS)



Hideo Kojima ha sabido crear una saga en la que todos y cada uno de los personajes tiene una impronta propia que los hace inconfundibles. Solid Snake es un héroe que, con pocas palabras, sabe conmover y aportar epicidad a cualquier situación. No obstante, su misión no es un camino de rosas, y en sus aventuras ha tenido que hacer frente a multitud de villanos, todos ellos memorables: Psycho Mantis, Sniper Wolf, Gray Fox, Vulcan Raven o la Unidad Beauty and the Beast. Pero sobre todos ellos, destaca Revolver Ocelot, personaje de gran importancia en la saga (de hecho, un joven Ocelot aparece ya en Metal Gear Solid 3 Snake Eater).

Vistiendo una larga gabardina, será el primer villano al que nos enfrentemos en Metal Gear Solid. Dicho combate tendrá unas consecuencias que perdurarán en toda la saga y que, para evitar aguar sorpresas a quienes deseen disfrutar de una de las grandes obras maestras de la historia de este mundillo, no desvelaremos. Es un maestro manejando el revólver al que le encanta el enfrentamiento para demostrar toda su experiencia en la batalla.

Protagonista de intrigas y juegos de traiciones y lealtades que nos harán preguntarnos qué nueva sorpresa nos tiene deparada este maestro de la tortura, Revolver Ocelot tiene claros sus objetivos y no permitirá que nadie los trunque.

Drácula (Castlevania)



El Mal encarnado. No puede describirse de otra manera a este ser que popularizara Bram Stoker el siglo pasado. Es evidente el atractivo de esta figura vampírica, como ha demostrado toda la literatura, mitología y cine de calidad que se ha hecho en torno al Señor de las Sombras. Y el videojuego no podía quedarse atrás.

En 1986 nació la saga Castlevania (aunque bajo el nombre Devil's Castle Dracula) en el cual la premisa estaba clara: acabar con Drácula adentrándonos en su propia morada, Castlevania. Así, entrega tras entrega siempre hemos tenido presente la imponente figura del Conde Vlad. Una presencia y un porte elegante que impone respeto e infunde temor le han hecho ganarse a pulso un puesto entre los grandes villanos del videojuego. No sólo por poderoso, sino también por persistente.

Bowser (Super Mario)



Amanece un soleado día en el Reino Champiñón. Mario se dirige a visitar a su querida Peach al castillo pero…¡oh, no! ¡Ha sido raptada por Bowser!

¿Qué sería de las aventuras de Super Mario sin este bruto dinosaurio que escupe bolas de fuego? La saga del fontanero no podría entenderse sin la presencia de Bowser raptando una y otra vez a la delicada princesa vestida de rosa.

Líder del ejército de Koopas, es la fuerza bruta personificada y cada enfrentamiento con el pequeño icono de Nintendo será un reto para los jugadores que ha ido in crescendo a lo largo del tiempo, desde los sencillos combates de los primeros Super Mario a los enfrentamientos que nos harán usar todo nuestro ingenio y habilidad en lejanas galaxias.

Pero no sólo aparecerá en las versiones, por así decirlo, troncales de la saga, sino que tanto es el tirón de Bowser que, además de ser enemigo principal de otros títulos, podremos manejarlo a los mandos de sus monstruosos karts, luchando en combates con otros personajes de Nintendo o pateando el balón al fondo de la red, siempre compitiendo con Mario haciendo gala de toda su bestialidad.

Arthas (World of Warcraft):



La primera vez que nos encontramos al príncipe Arthas, es un paladín protagonista de la campaña humana en Warcraft III: Reign of Chaos, que controlaremos en su misión contra Mal’ Ganis. Pudiera parecer que está fuera de lugar en este listado, pero el papel de héroe durará poco.

Arthas, dominado por el poder oscuro de la espada Agonía de Escarcha, emprenderá una escalada por el poder que le hará perder toda su humanidad, matando a su propio padre y liderando al ejército zombie, convirtiéndose en un nuevo Rey Exánime.

Y donde verdaderamente se convierte en el enemigo a batir será en la expansión de World of Warcraft: Wrath of the Lich King. Ya en el vídeo inicial (de la excelente calidad a la que nos tiene acostumbrados Blizzard) se nos muestra su imponente presencia tras despertar en el continente helado de Rasganorte como Rey Exánime.

Con un parche, Blizzard añadió la posibilidad de emprender la misión que daría fin a la historia de esta segunda expansión, en la que se debía acabar con Arthas. Una misión no apta para iniciados que ha dado de sí mucho en la red, como casi todo en World of Warcraft: estrategias, los mejores equipos, vídeos del final de la historia, de la propia misión… Por toda la expectación y ganas que despertó en la comunidad de jugadores, que ansiaban liquidar al traidor, se merece un puesto propio en el Olimpo de los villanos.

Joker (Batman Arkham Asylum):



Nunca antes un psicópata había sido tan genial. El Joker, principal archienemigo de Batman en los comics DC, tendría su equivalente en el último videojuego del Hombre-Murciélago. Y lo haría de una manera sobresaliente. Siempre moviéndose en la delgada línea que separa la brillantez y la genialidad de la más absoluta demencia, el Joker se haría dueño y señor del Sanatorio mental de Arkham, poniéndole las cosas difíciles a Batman en su misión de desbaratar los planes para destruir Gotham de una de las grandes mentes criminales de la ficción.

¿Y qué ha hecho grande esta intervención de Joker, que no es la primera pero sí la mejor de todas? Pues todos los rasgos que han venido caracterizando al personaje en sus entregas en el mundo del comic y el cine potenciados a la enésima potencia: una estética inquietante con su sonrisa seña de identidad, una mente enrevesada que no dejará de depararnos sorpresas y un humor tan retorcido como desquiciante.

Un gran villano con casi tantos seguidores como el propio héroe de la aventura, que jamás pasará de moda gracias a apariciones tan estelares como en la película El Caballero Oscuro o en el sobresaliente Arkham Asylum. Sólo esperamos una cosa más del personaje: que vuelva a dar lo mejor de sí en el futuro Arkham City.



Los que hemos estado repasando en las líneas previas son algunos de los grandes villanos que nos ha dejado el videojuego, pero no los únicos. Así, merecen también ser nombrados el infernal pirata LeChuck de la saga Monkey Island, el terrorífico Pyramid Head de Silent Hill, Heihachi y Jinpachi Mishima de Tekken, el incombustible Ganondorf de The Legend of Zelda o Kefka de Finla Fantasy VI.

Porque ser bueno no lo es todo


Por lo que llevamos visto, el del videojuego es un universo pródigo a la hora de regalarnos grandes villanos a los que veremos como algo más que simples enemigos. Pero, además de ello, también han existido títulos en los que se nos brindaba la posibilidad no sólo de ser un paladín de la justicia y la bondad, sino también la de actuar como un auténtico villano.

En este aspecto han sido los juegos de rol los que, por la ausencia de linealidad absoluta que los caracterizan, los que en más ocasiones nos permiten actuar de una manera moralmente incorrecta.



Ejemplos no nos faltan para demostrar esta tendencia. La saga Fable es una de sus mejores representantes. En el mundo de Albión podemos ser todo lo malvado que deseemos, siendo crueles con los pobres aldeanos, ignorando sus peticiones o actuando de forma egoísta y despótica. Todo ello, como no podía ser de otra manera, tendrá repercusiones no sólo en nuestro aspecto (que denotará claramente nuestras malévolas intenciones y advertirá a todos con los que crucemos nuestros pasos) sino también en el devenir de la historia, pues las decisiones marcarán el rumbo de nuestras aventuras.

Pero no sólo en Fable encontramos esta posibilidad de llevar a cabo acciones malvadas. También destacan, entre otros, grandes títulos como Dragon Age, donde nuestras decisiones tienen un gran peso argumental que se demuestran en sus múltiples finales; Mass Effect o Caballeros de la Antigua República, que, en sus dos entregas ha aprovechado de manera sobresaliente el trasfondo de Star Wars. Es de destacar en este título la evolución de nuestro personaje si actuamos como villano, invadiéndonos el Lado Oscuro de la Fuerza causando estragos en nuestra apariencia y carácter, creando variaciones considerables en nuestro devenir galáctico.

También otra obra de Molyneux nos da la posibilidad de encarnar un ser maligno, y no un ser cualquiera, sino divino: Black & White, en el que debemos criar una criatura gigante mientras atendemos o no las necesidades de nuestros súbditos y nos enfrentamos a nuestros enemigos. La repercusión de nuestros actos no se plasman en nuestro alter ego virtual, pues no veremos más que su mano con la que lo manejaremos todo, sino en nuestra criatura, pudiendo hacer que un adorable cachorro de lobo llegue a ser una auténtica máquina oscura de matar si le entrenamos de la manera adecuada, haciendo que incluso devore a los aldeanos.



Además de juegos como los que hemos venido comentando, en los que el actuar como villano se presenta como alternativa, existe también una serie de títulos en los que nuestra misión es ser un auténtico villano, enfrentarnos a héroes bobalicones de brillante armadura y sembrar el caos y la destrucción allá por donde vayamos.

Dungeon Keeper fue de los pioneros en esta vertiente. En él encarnamos al Amo del Calabozo y nuestra misión está clara: reclutar a las criaturas más poderosas y organizar las trampas y estructuras de las mazmorras para que los héroes que se atrevan a entrar en nuestro territorio lo paguen caro. En la misma línea se encuentra Evil Genius, aunque éste en una ambientación moderna haciendo uso de nuestras dotes para crear a un villano moderno que usa de la tecnología y de todo tipo de criminales y asesinos para sus malévolos planes; y Ghost Master, teniendo en este último que organizar cómo y con qué recursos asustarán nuestros fantasmas a los ingenuos habitantes de diferentes viviendas.



Ya en esta generación, destaca con luz (u oscuridad, según como se vea) propia Overlord. En él controlaremos a un Overlord, un Señor del Mal, que deberá hacer uso de sus esbirros, los cuales obedecerán cualquiera de sus órdenes aunque ello suponga su muerte, para lograr sus malignos fines. A lo largo de la aventura, con una estética que recuerda a la saga Fable, nos enfrentaremos a todo tipo de criaturas supuestamente bondadosas en las tópicas historias de fantasía como elfos, medianos o unicornios todo ello aderezado con un humor descacharrante que nos hace jugar dándonos cuenta de que ser malo no había sido nunca tan divertido.

A lo largo de estas líneas hemos comprobado un hecho que es innegable: los villanos tienen tirón. Una personalidad fuerte y contundente, una lengua que no esconde ninguna de sus opiniones, una mente retorcida y maquiavélica o unos actos despiadados crean un atractivo particular que nos atrae inexorablemente como si de un imán se tratase y que nos absorbe, a veces incluso más que los héroes de la historia, los supuestos “protagonistas” pero que, en ocasiones, pueden tener una personalidad más plana que su némesis.

Bien sea como enemigo a batir o como nuestro alter ego virtual, el papel de villano siempre es atractivo, de una forma u otra. Porque hasta los villanos tienen su corazoncito, y se merecen que les queramos.

3 comentarios:

Hakka dijo...

Genial el artículo!
Está de moda ser malo, o por lo menos un poco rebelde, mira House, mira a Risto Mejide (aunque ya haya desaparecido)... Será porque siempre hemos cogido a los buenos y nos hemos dedicado a salvar cosas, y la gente se cansa de siempre lo mismo.

Lo de jugar con los malos es que es muy atractivo, porque ya que el Joker no tiene juego (por ejemplo), manejarlo en el juego de Batman no tiene precio. O jugar la campaña con el mal en el Señor de los Anillos: La tercera edadm, o como cuando Neo Cortex comparte cartel con Crash...

Y es que en los juegos está comprobado que tiene más atractivo un malo cuanto más lo desarrollen. Es decir, si van contando su historia, sus motivos y lo van envolviendo con la principal, se puede conseguir más afinidad con el enemigo en cuestión.

Unknown dijo...

Mira que has citado a unos cuantos, pero es que hay tantos villanos memorables que se quedan en el tintero el Dr. Robotnik/Eggman, Ridley de la saga Metroid, el Kapitán K. Rool...

Los buenos malos (toma ya) son claves para que la historia de un juego te enganche. Si no te apetece vengarte/frenar el plan del malo, ¿para qué vas a seguir superando peligros?

Sí que es verdad que hace años, los malos videojueguiles sólo eran enemigos cabrones que aguantaban muchísimos golpes antes de morir y que lanzaban tantos tipos de bolas de fuego que había que empollarse su comportamiento durante días de Game Overs, pero ahora ya son parte activas de la historias, y siempre es interesante conocer sus inquietudes para odiarle con más ganas o incluso sentirte identificado...

En ese sentido, destaco el Ganondorf de Zelda: The Wind Waker. Todo el que haya jugado recordará su monólogo al final del juego, y cómo el jodío consigue que empatices con él, que comprendas lo qué el tiene en juego, y que no quieras darle el golpe de gracia...

"Vengo de una tierra perdida en medio del desierto... Durante el día soplaba un viento abrasador que quemaba la piel y por las noches un viento helado que congelaba los huesos... El viento no traía más que muerte... Pero el viento que acariciaba las colinas de Hyrule era suave y amable. Tal vez ese viento... es lo que yo anhelaba...".

Creo que es tan simple como que, ya que no es aconsejable ir de cabrón por la vida, uno puede resarcirse de sobra en los juegos.

¿Acaso no mola más jugar con Wario y su sonrisa cabronzuela, sabiendo que las monedas que recoges son para hacerte una fortuna, que con Mario, que quién sabe por qué las necesita?

Genial estreno, Chankletor ;-)

Sergio Tur dijo...

¡Buen artículo compañero! La verdad es que hay tantos malotes con estilo que es difícil mencionar siquiera la mitad... quizás he echado en falta a Wesker, de la saga Resident Evil; en mi opinión uno de los villanos con más estilo en los videojuegos junto con Sephiroth.

PD: Estoy deseando escribir algún análisis pero necesito que me deis permisos!!